Así fue la toma de La Troja de los peruanos que celebraban el triunfo de su Selección
Gozaron de la calidez y hospitalidad de los barranquilleros.
La Troja se tiñó la noche de este viernes de una nutrida y festiva “mancha rojiblanca” compuesta por hinchas peruanos que se tomaron el emblemático sitio salsero de la ciudad para celebrar ruidosamente el triunfo un gol por cero de su Selección contra la homóloga colombiana, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla
No era para menos, la resonante victoria catapultó al equipo peruano al cuarto lugar en la tabla de las eliminatorias mundialistas, y para utilizar un término hípico, la ubicó en ‘tierra derecha’ hacia la exótica Qatar, sede del evento ecuménico del fútbol en el 2024.
Además, los incas no ganaban en Barranquilla hacía 20 años, victoria ocurrida 1 gol por cero el 16 de agosto de 2001 en las eliminatorias al Mundial Corea-Japón del 2002. Es decir, motivos para celebrar les sobraban.
Y conocida su tradición de seguidores de la música salsa como el mejor de los caribeños, los peruanos escogieron la catedral salsera de la ciudad, La Troja, donde muchos barranquilleros desde tempranas horas de esa tarde deportiva habían buscado ubicación para ver por televisión el trascendental encuentro, esperanzados en el triunfo del combinado nacional.
La concurrida visita de los alegres vencedores del sur del continente fue recibida con la acostumbrada hospitalidad barranquillera, que les abría paso en los pasillos trojeros para permitirles un disfrute alegre y seguro, como en familia.
Los disc jockeys de La Troja supieron darles una bienvenida acorde con el momento, y pusieron a sonar inmediatamente los temas ‘Me huele a Perú’, del Grupo Niche, y ‘En Barranquilla me quedo’, de nuestro inmortal Joe Arroyo, tema que los incas tomaron como himno de la celebración mientras bailaban, cantaban, bebían cervezas y grababan las imágenes de aquel momento único en teléfonos celulares.
Los ‘trojeros’ del momento olvidaron el instante amargo que acababan de padecer con la derrota del equipo de Gareca, y se unieron a la celebración de los hermanos peruanos, que no paraban de festejar vestidos con camisetas blancas cruzadas de izquierda a derecha con la tradicional banda roja que identifica a su Selección.
“La toma inca” fue completa, instalaron además banderas de su país en las afuera del popular establecimiento. Un goce total y con todo el derecho.
La celebración fue hasta la madrugada, y los peruanos se marcharon no solo con la alegría del triunfo deportivo de su Selección, sino con el recuerdo de la calidez del barranquillero que los acompañó en ese gran momento de regocijo en medio del sonido salsero único de La Troja.